PABLO EN ARABIA
TEXTO ENSEÑANZA GALATAS 1 : 16 AL 24
TEXTO MEMORIA: HECHOS 11:18
Dios lo llamó a fin de que "predicase el evangelio entre losgentiles" (v.16)
Es importante entender el proceso, la secuencia que Dios usó en la conversión y llamamiento al apostolado. Son muchos los que, profesando ser "ministros de la Palabra", rechazan la doctrina bíblica de la soberanía de Dios en la salvación del pecador, no importa dónde en la Biblia se enseñe. Con tal prejuicio, llegan a este pasaje bíblico y sólo ven que "Dios llamó a Pablo a ser un apóstol de Jesucristo". No ven, y menos quieren aceptar, que el llamado a ser apóstol descansa sobre un fundamento primario, a saber, la determinación soberana de Dios de llamar por su gracia a tal pecador y revelar a Cristo en él.
Es Dios Padre quien trae un pecador a Cristo mediante la obra de su Espíritu. Cristo dijo claramente en Juan 6:44: "Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no le atrae". El traer un pecador a la fe en Cristo... la previa determinación de así obrar... todo obedece a la perfecta voluntad de Dios. Por tanto, tenga muy claro el estudiante de estas líneas que el primer paso que Dios obra en un pecador a quien él ha determinado traer la vida en Cristo es el llamado -o la determinación- para vida desde antes de nacer. Tal propósito se realiza cuando DIos "revela a su Hijo" en uno, dándonos la fe para oir, mirar a y creer en Cristo.
Otra cosa que Pablo había llegado a conocer era la realidad de que Dios lo había predestinado para ser un mensajero del evangelio de Cristo entre los gentiles. Esto sólo lo supo luego de su conversión a Cristo, claro está. Es algo de lo cual no tuvo duda alguna. Dios lo había llamado a ser su hijo y también a ser su siervo. ¡Era para él una dicha doble, algo glorioso!
. ¿Con quiénes tuvo contacto luego de su conversión?
vemos cómo el apóstol enfatiza que, luego de su conversión en el camino a Damasco, con ningún ser humano consultó. Sabemos, por el testimonio escrito en los Hechos de los Apóstoles, que tan pronto el Señor se le apareció en aquel camino, momento en que fue transformado por la gracia de Dios a un hijo de luz, fue a la casa de un tal Ananías, probablemente el anciano de la iglesia del Señor en esa ciudad (Hechos 9). Estuvo con estos creyentes durante algunos días; no sabemos cuántos.
Fue allí que lo bautizaron. También llegó hasta las sinagogas del área en las que hablaba a los judíos de Cristo, afirmando que éste era el Hijo de Dios. Así sería,siempre, en su futuro ministerio, a saber: yendo primero, en cada ciudad, al lugar de reunión de los judíos.
Cuando él dice en el v.16 y 17 que "no consultó en seguida con carne y sangre", que "no subió a Jerusalén a presentarse a los que eran apóstoles" sino hasta pasados tres años, se refiere no a sus días entre los discípulos en Damasco sino al hecho de que no "consultó" asuntos de fe y doctrina con otros. Así podemos entender que tampoco entró en consultas con los de Damasco sino que sólo les habló lo que ya Dios había puesto en su corazón. Entendemos que lo que él procura establecer con estas palabras es el hecho de que, lo que predicó a los que vivían en las regiones de Galacia no fue algo que recibió mediante consulta con los apóstoles en Jerusalén, sino que fue recibido, en su totalidad, por revelación del Señor.
Y, dado el caso de que lo que él les había predicado, cuando estuvo entre ellos, fue recibido por revelación del Señor, es un asunto muy serio el que ellos anden, ahora, echando a perder ese evangelio que les llegó de Dios a través de Pablo. Corren gran peligro al estar mezclando lo "viejo" con lo nuevo que Dios les ha hecho llegar por medio de su apóstol. Era necesario que Dios les recordara, a través de esta carta, lo sublime de la verdad del evangelio que estaban por desechar a cambio de echarse encima una vez más la cargas y la condenación de la ley mosaica; ley que ya no era la ley de Dios sobre su pueblo.
¿Cómo, cuándo y dónde fue que el Señor se le reveló a Pablo y le enseñó estas gloriosas verdades del evangelio de Dios? En el v.17 leemos que en vez de irse a Jerusalén, se fue "a la Arabia", de donde regresó a Damasco. ¿Qué fue lo que ocurrió durante ese tiempo indeterminado que Pablo describe como su "viaje a la Arabia"? Creemos que la respuesta está en 2 Corintios 12:1-6, cuando él habla de un "hombre en Cristo... que fue arrebatado al paraíso... hasta el tercer cielo". Dice, de ese hombre, que no sabe si era "en cuerpo o fuera de cuerpo".
Cuando escribe que no se gloriará de sí mismo, aunque de este "otro hombre" sí se gloriará, significando que dicha experiencia fue una tan gloriosa que, sobre la misma, mucho podría decir, mucho podría gloriarse. Se trata de él mismo cuando en Arabia -y desde Arabia- el Señor se lo llevó al paraíso para allí revelarle "palabras secretas que el hombre no puede decir" (2 Corintios 12:4).
Después de esta experiencia "fuera del cuerpo" en la que Cristo le reveló gloriosas verdades eternas, Pablo regresó a Damasco por un tiempo y luego subió a Jerusalén por unos quince días para visitar a Pedro. Dice que "a ningún otro de los apóstoles vio, salvo Jacobo, el hermano del Señor" (v.19). Y como para darle peso a tal afirmación, juramentó la verdad que les había declarado (v.20). Luego de su breve visita a Jerusalén, se fue a las regiones de Siria y Cilicia donde había creyentes, que aunque no le conocían de vista, habían oído de sus temibles hazañas de persecución contra la iglesia, ya cosa del pasado (v.21-23).
¿Qué reacción provocó su testimonio entre los fieles?
Su testimonio diáfano, inequívoco de la gracia que Dios había obrado en él mediante la fe en Cristo caló hondo en los corazones de estos creyentes en Siria y Cilicia. Pablo afirma, y me imagino que con gran gozo y humildad: "Y glorificaban a Dios por mí" (v.24). Todo siervo de Dios deberá desear que los demás den gloria a Dios por el testimonio honroso a Cristo que ven en él. Mas, pienso que Pablo tenía varias razones en mente cuando les contó cómo esos creyentes reaccionaron a lo que vieron y oyeron en él. Me refiero a lo siguiente:Más adelante en esta carta habremos de leer palabras con las que Pablo expresó su preocupación en el sentido de que quizás "habría trabajado en vano entre ellos" (4:11). En ese mismo capítulo les dice que está como quien vuelve a tener "dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ellos" (19). Tal parece que la recepción favorable de los creyentes en Siria y Cilicia se narra con el fin de compararla con el descuido tan grande en que habían caído los creyentes en Galacia.
No sería la primera ocasión en que Pablo procurara estimular a unos creyentes a mayor fidelidad y obediencia mediante la comparasión de sus pobres conductas según eran contrastadas con otros que exhibían más amor, consagración, dedicación, generosidad, etc. Ejemplo de ello son las palabras de Pablo a los corintios, en ocasión de hablarles de la gran generosidad material y espiritual de los macedonios, todo con el fin de estimular a los primeros a imitar a los segundos (2 Corintios 8,9).
Todo cristiano ha de tener siempre-presente el motivo mayor de que todo lo que piense, sienta, diga y haga traiga gloria y honor al Rey de reyes, nuestro Señor Jesucristo. Quienes tenemos la enorme encomienda de comunciar la Palabra de Dios, sea cual sea el medio de comunicación usado, debemos tener siempre como nuestro norte el que todo lo hagamos de tal manera que Dios reciba la gloria y no nosotros mismos. Tan a menudo ocurre en actividades cristianas que, los que ocupan un lugar céntrico de atención, ya sea como predicador, músico, evangelista, etc., afirman públicamente que "la gloria sea toda para nuestro Dios" para luego inflarse, aunque sea un poco, ante los comentarios favorables y las felicitaciones recibidas.
Dar toda la gloria a Dios realmente no es tan fácil, pues nuestra carne tiene, por naturaleza, buen apetito por la humana adulación y el encomio. Aun el predicador que fielmente comunica todo el consejo de Dios está sujeto a tal detracción, a tal robo a Dios de la gloria que a él sólo le pertenece. ¡Ni hablar de aquellos que gustan bañarse en la gloria de otros al hacer amplio uso de los escritos de los tales en sus elocuciones! El fiel siervo de Dios se sentirá gozoso, sumamente satisfecho cuando vea que Dios lo ha usado para comunicar fielmente la Palabra eterna con el resultado de que los hombres se doblegan ante nuestro Señor.
Estudio bíblico Expositivo
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