CUIDADO DE VOLVER A LA ESCLAVITUD

TEXTO ENSEÑANAZA : GALATAS 4 :8 AL 20
TEXTO DE MEMORIA: GALATAS  5:1

Comencemos nuestra lectura con el versículo 8, de este capítulo 4, de la epístola a los Gálatas:

"Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses"


El apóstol estaba hablando del hecho de que los Gálatas antes habían sido idólatras. El país de los Gálatas en Asia Menor estaba entregado completamente a la adoración de los ídolos. Pablo describió a los ídolos como vanidades. En Primera de Corintios 12:2 los llamó "ídolos mudos". No eran nada, y no podían decir nada. Les estaba diciendo que los ídolos no eran reales y que no se podían transformar en una realidad para aquellos que les adoraban. Ahora Pablo dijo en el versículo 9, de este capítulo 4:

"Pero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?"

Aquí dice conocidos por Dios y significa "aprobados" por Dios o "reconocidos" por Dios. Ellos habían venido a Cristo por la fe, lo cual había sido aceptado por Dios. La mayoría de los cristianos de las iglesias de Galacia eran no judíos. Así que siendo creyentes, estaban volviendo a la ley de Moisés que era, como les dijo Pablo, regresar a la idolatría de la cual habían salido. Y en el versículo 10, Pablo dijo:

"Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Temo que mi trabajo en vuestro medio haya sido en vano".

Al decirles que seguían guardando los días de fiesta, se refería al sábado o día del reposo. Conviene recordar aquí que el apóstol Pablo les dijo a los Colosenses en el 2:16 de esa carta: "16Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados". En este versículo 10, los "meses" probablemente se refieren a la práctica de celebrar la "luna nueva", que fue una costumbre de los israelitas en la época de los reyes. Los profetas advirtieron al pueblo en contra de esa práctica.

"Los tiempos" debería traducirse "estaciones", refiriéndose a las fiestas de Israel. Dios había establecido siete fiestas, y todas ellas señalaban de forma anticipada al Señor Jesucristo.

"Los años", por supuesto, se referían a los años sabáticos. La práctica de celebrar todas esas fechas colocaba a los no judíos totalmente bajo la Ley de Moisés.

Algunos alegan estar hoy cumpliendo la Ley, sin embargo sólo guardan el día del reposo. Pero hay que considerar que toda la ley constituye un conjunto, que incluye el año sabático y el año del jubileo. El apóstol Santiago en 2:10 de su carta dijo: "10porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos". Es decir, que es culpable de ser un infractor de la ley. Luego el apóstol Pablo dijo en el versículo 11, de este capítulo 4 de la epístola a los Gálatas:

"Temo que mi trabajo en vuestro medio haya sido en vano".

Pablo estaba diciendo, de una manera delicada que creía haber perdido el tiempo con ellos. Considerando que ellos habían sido salvos por la gracia, su retroceso a la Ley era como haber regresado a su anterior idolatría. Les recordó que no había conocido a Dios por medio de la Ley mosaica sino por la fe en Jesucristo.

Ahora llegamos a una parte personal, entre los versículos 12 y 18. Fue una nota de cortesía que el apóstol introdujo en esta carta. Y entonces comenzó a decirles en el versículo 12:

"Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ninguna ofensa me habéis hecho"

En otras palabras, les pidió que se identificaran con él. Los Gálatas habían estado escuchando a falsos maestros, y estaban mirando a Pablo como si fuera un enemigo por haberles dicho la verdad. Es como si les hubiera dicho: "Estamos todos en un mismo nivel. Todos somos creyentes, todos formamos parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Y debido a esa realidad, debiéramos tratarnos con amabilidad. Luego continuó hablando de esta forma personal en el versículo 13 donde dijo:

"Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio"

Entonces Pablo les hizo un llamamiento basándose a una enfermedad que él había descrito como un aguijón en su cuerpo. ¿Y cuál era ese aguijón? Continuemos leyendo entonces, el versículo 14, de este capítulo 4:

"y no me despreciasteis ni rechazasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús".

Evidentemente esa enfermedad que Pablo tenía no le hacía muy atractivo ante la gente. Ésa era la prueba que él calificaba como un aguijón clavado en su cuerpo. Continuemos con el versículo 15:

"¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubierais podido, os habríais sacado vuestros propios ojos para dármelos".

Probablemente, el aguijón en el cuerpo que tenía Pablo era algún tipo de enfermedad de la vista, que le daba un aspecto desagradable. No podemos concebir que ellos hubiesen querido quitarse sus propios ojos y dárselos a él si lo que él tenía era un problema en alguno de sus miembros, o en su piel. Aparentemente Pablo tenía una enfermedad en los ojos que era algo común en esa parte del mundo y en esa época. Esta dolencia se caracterizaba por una excesiva supuración; al brotar el pus de sus ojos le daba un aspecto nada atractivo mientras trabajaba entre ellos. Y Pablo les dijo que ellos habían ignorado esa circunstancia, recibiéndole con afecto cuando había ido a predicarles. Y continuó diciéndoles en el versículo 16:

"¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad?"

El Dr. McGee, autor de estos estudios dijo que siempre había deseado colocar en el púlpito, del lado del predicador, la siguiente inscripción: "Quisiéramos ver a Jesús". Y además le hubiera agradado colocar, frente al público, las palabras que acabamos de leer: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? Usted sabe que hay mucha gente en el día de hoy que no quiere que el predicador o el maestro les diga la verdad. Ellos quieren escuchar algo favorable, elogioso, que les suavice las preocupaciones, que no les inquiete y les haga sentir bien. Luego continuó hablando y dijo en los versículos 17 y 18:

"Se interesan por vosotros, pero no para vuestro bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros os intereséis por ellos. Bueno es mostrar interés por lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros".

Otra versión traduce estos versículos de esta manera: "Éstos que muestran mucho interés por ganaros a vosotros no abrigan buenas intenciones. Lo que quieren es alejaros de nosotros para que vosotros os entreguéis a ellos. Está bien mostrar interés, con tal de que ese interés sea bienintencionado y constante, y que no se manifieste sólo cuando yo estoy con vosotros". En otras palabras, ellos estaban promoviendo la ley para su propio beneficio, no para el beneficio de los Gálatas. Los falsos maestros querían presumir de lograr muchos convertidos. Pablo tuvo algo que decir en esta línea a los creyentes de Corintio. En Segunda de Corintios 12:12-15 leemos: "12Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, señales, prodigios y milagros, 13porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio! 14Ahora, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré una carga, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos".

Es que el mismo grupo de judaizantes había ido a Corinto. Los creyentes de aquella ciudad también habían amado a Pablo, y éste les tuvo que advertir al respecto. Los falsos maestros de las sectas han sido y suelen resultar atractivos. Hoy podemos observar su inteligente uso de varios medios de difusión. En su promoción pública y personal cuidan mucho la presentación. Y una de sus tácticas es ofrecer una parte de la verdad, e introducir con sutileza el error. Así que las advertencias del apóstol a los Gálatas y a los Corintios son oportunas también para nuestra generación.

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